La ciudad de New York duerme. Apenas pasan coches por sus
puentes y autovías.
De una hamburguesería que todavía no ha cerrado sale una mujer
joven. Va vestida con unos pantalones tejanos negros y una camisa oscura. La
verdad iba muy bien arreglada. Se metió en un cuarto, abriendo la puerta con una pequeña
llave. Allí dentro se quitó una peluca rubia que llevaba puesta y soltó su
melena castaña. Salió del cuarto y lo cerró.
Va caminando por la calle desierta hasta que un coche se
para a su lado. El conductor le hace entrega de un sobre blanco y desaparece a
toda velocidad.
La mujer se monta en una moto y se dirige a un barrio
apartado. Tocó cinco veces una puerta y un hombre le abrió.Había 7 hombres en la sala y unos cuantos planos sobre la
multinacional del centro.
-Bien, ¿a qué hora saldremos?
- Dentro de una hora, prepárate.
Sara cogió uno de los planos y se fue; se dirigió al
cuartito en la moto. Entró, se cambió los zapatos por botas, se amarró
el pelo y cogió un pasamontañas.
Se dirigió al centro, iba a robar una multinacional en
la que había guardados 16 lingotes de oro. Nerviosa se repetía que todo iba a salir bien y que iba
a ser rica. Cuando llegó los 7 hombres ya estaban allí. Uno con cuidado abrió
la puerta forzándola con una tarjeta. El que había hablado con Sara salía a la azotea a vigilar
por si venía la policía. Sara entró. Los demás se quedaron fuera, escondidos como
traidores por si algo salía mal.
Sara sabía lo que tenía que hacer. Pronto llegó a la cámara
acorazada y la abrió con cuidado. Ella pensó “ya está, soy rica”, pero, de
pronto, llegó la policía…
¿Y
qué pasará?
Marta Noriega Fernández
1º ESO
1º ESO
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